Esta película del año 1981 es un retrato de los últimos años de Egon Schiele pintor austriaco aliado de Gustav Klimt y precursor del expresionismo, de su enjuiciamiento y posterior liberación por sus retratos considerados inmorales para su época y que aún en ésta causan revuelo por su fuerza, crudeza y lo explícito que hay en ellos.
Es el penúltimo trabajo del director austriaco Herbert Vesely (1931-2002) que nunca brilló mucho en el cine y quizás éste fue su mejor trabajo, hizo muchas películas para televisión y en ésta se nota un mensaje de redención hacia la figura de Egon Schiele después de su juicio, no pretende mostrar su vida, no es un biopic muy completo ni detallado, es un ejercicio sin mucho atino en realidad porque nos muestra imágenes a veces muy fragmentadas que confunden al expectador; no se debe esperar demasiado de este filme si se busca lo genial de Schiele, su muy particular y distorcionada forma de retratar la desnudez.
Schiele no era ningún pedófilo y mucho menos desviado, para afirmar categóricamente esto hay que mirar hacia su vida y hacia su obra, él solamente gustaba de retratar la voluptuosidad, femenina más que masculina, y sus retratos tan descarnados y tan sombríos sólo son una huella del genio de Schiele y su vida no es más que un reflejo de la podredumbre de la sociedad en decadencia borbónica del siglo XX.
Ésta es una sensual secuencia sobre la película.
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