Visconti en su cuarto largometraje nos trae un retrato de una aristócrata veneciana infelizmente casada la Condesa Livia (Alida Valli) que vive en medio de los embates de la revolución de los camisas rojas de Garibaldi un tema que más adelante retoma Visconti en Il Gattopardo con tintes melodramáticos semejantes; esta Condesa está dispuesta a hacer todo por amor y es algo evidente desde las primeras secuencias de la película en la que fortuitamente conoce a su novel gran amor el oficial austriaco Franz Mahler (Farley Granger).
Ambos viven su amor clandestino aunque a ella no le importa perder su prestigio y él como forma parte de las fuerzas de ocupación no tiene nada que perder... todos estos riesgos y peligros que corren valen mucho más para la Condesa que para él, esta historia contiene paralelos con un cuento de Stendhal llamado Vanina Vanini en el que ocurre algo semejante, la mujer se apasiona y se enamora de un revolucionario que aprecia más la lucha por su patria, Italia, que el amor por su aristocrática amante.
La fotografía de esta película es destacada, algunas secuencias espectaculares de pugnas bélicas difíciles de repetir adornan este filme que no obstante pudo haber sido más profundo, menos dramático, mayor inclusión de los personajes en los acontecimientos que acaecían y la toma de una posición que no sea necesariamente apática con la política.
0 comentarios:
Publicar un comentario