Este filme estrenado en la edición número sesenta y cinco del Festival de Cannes, es uno de los dramas más puros e intensos que ha traído el cine contemporáneo, Thomas Vinterberg en su calidad de danés tiene en la sangre aquello de Dreyer, esa calidad dramática que en este filme explota al máximo como ya nos había mostrado en "La Celebración" (festen).
No es un festejo lo que enarbola este filme, es la mojigatería de un pueblo en Dinamarca; sabe retratar cabalmente como pueden tergiversarse los sentimientos de una comunidad en un segundo. Mads Mikkelsen interpreta a un simpático ayudante en un kindergarden y que por la candidez de una hermosa niña, es acusado de haber abusado de algunos de los infantes.
La trama se resuelve naturalmente con la absolución del acusado y cito y hago paráfrasis - los adultos creen que los niños siempre dicen la verdad pero naturalmente ésto es mentira - pero justo por ello los ánimos de los adultos bullen hasta la paranoia, hasta apartar y segregar a alguien muy cercano a la comunidad, esta histeria colectiva que no nos debe parecer tan ajena.
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